Se trata de una actividad pensada para alumnos de nivel B2, o de un nivel B1 alto. Con la música de Paco de Lucía como fondo (de su álbum 12 canciones de García Lorca para guitarra), se escucha el poema Las seis cuerdas de Federico García Lorca, perteneciente a su obra Poema del cante jondo (1931).
Una vez que los alumnos han escuchado dos veces el poema, se les hace diferentes preguntas, para que reflexionen y compartan sus opiniones en grupo; por ejemplo: ¿de qué manera describe Lorca la guitarra? Asimismo, se aconseja que escriban las palabras que no conocen, que se pregunten entre ellos y que traduzcan estas a su lengua materna.
Como complemento a esta tarea, los alumnos podrían escribir una redacción que refleje las impresiones que hayan sacado de este poema de Lorca y aspectos concretos, como su visión de Andalucía, la presencia del dolor y la muerte, u otros.
ACERCA DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA ENSEÑANZA DE LENGUAS
v Nos ofrecen múltiples recursos, tanto a profesores como a alumnos.
v Hay que utilizarlas con sentido común.
v Nos permiten interaccionar.
v Resultan muy interesantes para trabajar la gamificación, vídeos, audios, etc.
v Su uso puede crear un ambiente lúdico en clase.
v Es recomendable, en lo posible, estar actualizados: siempre hay novedades y mejoras.
v El contacto humano nunca podrá sustituir la más avanzada de las tecnologías.
Bajé, dándote el brazo, un millón de escaleras por lo menos
y ahora que no estás queda el vacío en cada uno de los escalones.
Aún así fue breve nuestro largo viaje.
El mío continúa todavía, y ya no me hacen falta
conexiones, reservas,
subterfugios, esas humillaciones del que cree
que lo real es eso que se ve.
Un millón de escaleras bajé dándote el brazo,
y no porque quizá con cuatro ojos se pueda ver mejor.
Bajé con vos porque sabía que de nosotros dos,
las únicas pupilas verdaderas, por más nubladas que estuviesen,
eran las tuyas.
Bajé dándote el brazo, de Eugenio Montale
(gracias, Maria Concetta)
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Happy New Year, Julio Cortázar.
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